Garabatos de un caminante

Garabatos de un caminante
Apizaco, Tlaxacala, México

martes, 8 de mayo de 2012

MAS VICTIMAS DEL NARCO, EL TERROR Y LA MENTIRA

 
Gabriel Huge Cordova, Guillermo Luna Varela, Esteban Rodrígez
e Irasema Becerra, Reporteros gráficos y empleada administrativa
de un periódico fueron asesinados por los peones del narco en
Veracruz.   
  
Desde finales de los años ochenta me enojé con mi carrera y durante todo este tiempo pensaba que los periodistas éramos cómplices del sistema.
Pensé que el peridiosmo es la Industria del Terror, la Institución del Terror, el Morbo, el Sensacionalismo y la Vanalidad. 
Lo pensé porque desde que comencé a hacer periodismo en el extinto diario limeño: La Prensa; fui testigo de varios hechos que marcaron mi vida. Hechos despreciables que me empujaron al abismo de pensar que los periodistas somos marionetas de las empresas periodísticas y las empresas periodísticas títeres del sistema. De un sistema que las codiciona a su favor a través de la publicidad estatal. ¿ De qué se  podía sostener en los años 80 una empresa periodística en el Perú, sino era de la publicidad estatal, de las páginas sucias del esoterismo y los anuncios de brujos y brujas?
Tenía 23 años cuando un 26 de Enero de 1983 en la redacción de La Prensa el gordo Gamarra y el capitán Méndez de la sección policial gritaban en medio de la redacción la Matanza de 8 periodistas en la serranía de Uchuraccay. Hasta la fecha nadie sabe la verdad de lo que pasó en ese lugar. La verdad es que 8 periodistas fueron asesinados brutalmente y los culpables no recibieron castigo.
Días después Salazar Larraín, por aquel entonces Director del diario La Prensa censuraba todas mis notas sobre los mineros golpeados violentamente por la Guardia Civil de Asalto. Tenía entrevistas con los heridos, tenía las fotografías que Ariel arriesgando el pellejo, junto conmigo, había tomado en uno de los cuartos de la sala de emergencias del Hospital Dos de Mayo; pero Salazar Larraín no publicó nada de esta noticia. En mi presencia le dijo al Jefe de Información del turno de la noche, Gamborda, que la nota no salía, recogió los textos y las fotos y se las llevó  su oficina. Luego me enteré que había hablado por teléfono con el ex ministro de trabajo Alfonso Grados Bertorini.
Cuando trabajaba en el diario EXPRESO don Guillermo Córtez Núñez "Cuatacho", pese a ser un gran hombre de prensa, se suicidó en el lujoso hotel Carusso, de la avenida Arequipa. De acuerdo al informe policial tuvo tiempo de dispararse dos veces en el pecho. No hubo más investigaciones. Todos aceptaron la versión oficial.  Hasta hoy no creo que un periodista tan pleno como él fuera capaz de quitarse la vida y haber tenido el tiempo suficiente para meterse dos tiros en el corazón.
En tiempos del primer gobierno de Alan García de pura "casualidad" explota un laboratorio de drogas y cae Reynaldo Rodríguez López el "Zar" de las drogas.
Durante el segundo gobierno de Belaúnde Terry (1980-1985) es apresado el narcotraficante, Carlos Lambert, quien financió la campaña electoral del "Zapatón", Armando Villanueva del Campo, candidato a la presidencia del Perú por el partido aprista en 1980. Ahora el APRA y AP estaban empatados, AP metió a la cárcel a Lambert y el APRA a Reynaldo Rodríguez López. 
Pero cuando me tocó escribir sobre ellos, Carlos Lambert estaba detenido en una cuarto de lujo de la Clínica Maison de Sancté, gozaba de teléfonos, fax, videocaseteras, y una excelente biblioteca. Según él era porque estaba enfermo del corazón.
Cuando me metí extraoficicialmente al penal de Canto Grande, es decir entre anonimamente, pude ver a Reynaldo Rodríguez López, dando clases de inglés en un espacio limpio y agradable. Al igual que el resto de sus "alumnos" estaba vestido muy limpio se notaba que el buzo era nuevo y de buena calidad. Por cierto uno de sus alumnos era Toto Scolezzi, sicario de la mafia en el Perú.
Canto Grande era un lugar limpio y agradable en comparación con el penal de Lurigancho, donde apestaba a caca y orines y a donde también me metí anonimamente como periodista del diario OJO.
Quiería hacer bien mi trabajo, deseaba pegarme a los hechos y la verdad, pero eran días dificiles a Ojo no le interesaba la verdad de nada, sólo quería la nota chicha y eso me desquiciaba. No conciliaba el sueño sin un par de cervezas en el cuerpo. Todo parecía oscuro, parecía que no había salida. Alán García me enfermaba con su populismo sin escrupulos; la guerra interna contra el terrorismo nos quitaba todo hilo de esperanza, parecía que estabamos solos y encima un 8 de diciembre de 1987 ocurre la tragedia del Fokker 27. Un avión de fabricación holandesa de la Marina de Guerra del Perú se hunde frente a la costa de Ventanilla, en el Callao y mueren todos los jugadores del equipo íntimo de la Victoria: Alianza Lima.
En julio del mismo año el periódico, OJO,  me mandó a tomar el curso de Corresponsal Naval en la instalaciones de la Marina de Guerra del Perú, junto con otra veintena de compañeros. Ya había recibido cursos en la Compañía de Bomberos del Perú y en la Policía de Investigciones del Perú. A estas alturas conocía más íntimamente a las fuerzas del orden y guerra de nuestro país; pero aquel 8 de diciembre el hermetismo de la Marina de Guerra del Perú, acabó con la poca fe que tenía en ella.
Los marinos por casi 24 horas cerraron el ingreso al mar de Ventanilla. Tuvieron mucho tiempo para eliminar todo tipo de pruebas, de evidencias para saber las causas del accidente. Barrieron cuadrante por cuadrante y nunca se supo la verdad, nunca se supo las causas principales de ese avionazo que acabó con la vida de todo una generación de jugadores. Lo más gracioso que dijeron fue que el avión venía a poca altura y al virar para dirigirse a la base naval una enorme ola pegó con una de las alas provocando el accidente.
Lo más negro: Decían que el fokker venía cargado de droga. hoy, según el informe oficial de la Marina del año 2006, dicen que el avión presentaba fallas técnicas y que el piloto era inexperto.
Pero el acabose fue cuando a comienzos de 1988 el jefe de informaciones César Lengua, me envío a la conferencia de Prensa de Alán García en la puerta trasera de Palacio de Gobierno frente al río Rimac, a un costado de la estación del ferrocarril Desamparados.
Esa tarde vi como Alán manipulaba a los hombres de prensa. Primero las fotos, el ángulo que el deseaba manifestar para el pueblo peruano, luego mostraba su mejor sonrisa para los camarógrafos y  por último los redactores. En ese orden, los reportero gráficos guardaban sus cámaras,  los camarógrafos apagaban sus videocámaras y, entonces, Alán se dirigía a los redactores de prensa escrita, radio y televisión. Pero, a mí no me gustaban las preguntas que, esa tarde, le estaban planteando. Eran como seguir un guión de teatro, así que en medio de todos solté mi pregunta:-¿Si se sabía que Sendero Luminoso tenía su servicio de inteligencia en la ciudad universitaria de San Marcos, por qué no se actuó desde el gobierno del presidente Beláunde, por qué esperar tantas muertes y por qué recién invadieron la ciudad Universitaria de San Marcos?. ¿Por qué hoy y no antes?. Entonces me separó del grupo, caminamos unos pasos al interior de Palacio y  con su amable sonrisa, me preguntó: ¿Cómo te llamas?. Respondí: Carlos Cabrejos, Señor Presidente. Entonces una vez más preguntó:¿De qué periódico eres? Repondí:- De OJO. (En esos días OJO era lider en ventas) Y con su diestra en alto moviendo su dedo índice de izquierda a derecha y de derecha izquierda, volvió a decirme: -Esas preguntas, no se me hacen. Sin decir más, ni dar chance a otras preguntas me tomó del hombro, caminamos en silencio de vuelta hacia el grupo de periodistas y se despidió. Afuera todos me preguntaron qué te dijo. Pero pensando que tenía la nota del día en la mano, me alejé de todos los colegas rápidamente y regresé a mi máquina de escribir lo más veloz que pude.  Hice la nota sobre lo que me había dicho Alán, pero en la mesa de redacción ya sabían lo que había pasado en palacio y Lengua me dijo: - No quieres cobrar tu quincena.
Eso me molestó muchísimo al punto que acepté la invitación de mi amigo Alberto Morales para dejar el país.
Salí del Perú pensando que no había salida, que todo estaba oscuro; pero hoy después de  23 años de hacer periodismo por mi cuenta, de habeme metido en el corazón de México, en el México profundo y de ver todas las posibilidades que tiene un hombre de prensa para dar a conocer la verdad, pienso que el periodismo es una carrera noble al servicio de la verdad y de la formación humana.
El periodista no es un soldado que tiene un arma para defenderse y está preparado para matar, no es un policía que tiene una pistola y un código penal para detener a los delincuetes. El periodista es un hombre que ama la verdad, que es apasionado por destruir la mentira y escribir con veracidad. El periodista es un hombre que sin temores mira al sol y sus únicas armas son: Su pluma, su cámara, su papel, su sensibilidad, su inteligencia y su memoria.
Por esta razón rindo homenaje a los martires del periodismo mexicano, a los martires del periodismo en Veracruz y por ende a cada uno de los periodistas caídos por amor a la verdad.
A los periodistas nos pueden matar, pero nunca nos podrán silenciar; nos podrán desaparecer, pero nunca acabaran con con nuestras palabras, con nuestras notas, con nuestros ideales, con nuestro amor a la verdad, por un mundo más virtuos y más humano.


                                                                    
Así es los periodistas de todo el mundo exigimos justicia.