Don Rafael Estartús Tobella un hombre sabio que nos enseñó a estudiar y reír |
El pasado 24 de marzo, en la ciudad de Piura falleció don Rafael Estartús Tobella a quien tuve el gratísimo honor de conocer y tratar cuando era estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Piura.
Aunque don Rafa, como todos le decíamos de cariño, era catedrático de la facultad de Ingeniería Industrial, siempre estaba al pendiente de todos los alumnos de la Udep. No importaba si éramos estudiantes de administración, ingeniería industrial o comunicaciones. Él siempre estaba al pendiente de cada uno de nosotros.
Creo que para él éramos como sus hijos. Siempre estuvo preocupado y ocupado por mejorar la formación humana y académica de cada uno de los alumnos, de cada uno de los udepinos.
Recuerdo que en el 80, una vez me preguntó: ¿Por qué el Salvador está en guerra civil?. Como estudiante de periodismo tenía que estar enterado y darle una respuesta clara, rotunda y concisa; pero hice todo lo contario. Me quedé callado, no supe que decirle, y él tiernamente como un padre, y con su clásica sonrisa abierta y sincera, me dijo: Si vas a ser periodista tienes que leer.
Esas palabras para mí más que un regaño, más que una llamada de atención, fueron un sabio consejo, que me motivo a leer y a saber que es lo que pasaba a mi alrededor y el resto del mundo. Pues ese año recién había ingresado a la facultad de comunicación y si quería ser periodista, pues simplemente tenía que leer y leer mucho.
Don Rafa, pese a todos sus títulos, era un hombre sencillo, abierto, que sabía reírse de sí mismo. Como aquella vez que nos contó la siguiente anécdota: El narraba que como español lo habían mandado a ser su servicio militar en Marruecos, en el norte de África. Decía que en esa ocasión cuando le tocó hacer guardia, vio a un perro que se le acercaba con cara de pocos amigos. Comentó que por un momentó pensó que el perro se le acercaba para morderlo, pero al llegar a su lado, el perro simplemente levantó la pata, lo orinó en la pierna y se alejó mirando de cuando en cuando hacia atrás como si se burlara de él.
Don Rafa contaba esta anécdota con tal precisión y con tal mímica que a todos nos hacía reír a carcajadas y mucho más viéndole a él como se reía de lo que le había ocurrido.
Así era don Rafa un hombre sabio y sencillo. Siempre estaba alegre y parecía que nunca perdía la calma, ni la sonrisa.
En otra oportunidad nos contó un chiste sobre el papa Pablo VI. Decía que el secretario del estado vaticano se acercó a Pablo VI para decirle: -Su santidad ya llegaron unos greñudos, que dicen venir de Liverpool- . Entonces el papa respondió. - No ves que estoy escribiendo, no tengo tiempo para recibirlos-. Pero el secretatio de estado insistió agregando: - Su santidad esos greñudos acaban de donar un millón de libras esterlinas al vaticano-. En ese momento, don Rafa personificando al papa se ponía de pie, comenzaba a bailar y chasqueando los dedos cantaba: - "No los hagamos esperar, ye..ye..ye..."
Don Rafa era así y así lo recuerdo y lo recordaré siempre como catalán, como un hombre sabio, culto, sencillo, alegre, sin ninguna chispa de soberbia, ni arrogancia.
Don Rafa amaba su carrera, amaba su universidad y nos enseñó a amar el estudio, amar a nuestra profesión, a amar la vida; nos enseño a reír y a reirnos de nosotros mismos.
En otra ocasión don Rafa a un grupo de estudiantes nos decía que: "Morirse joven es un lujo, que no nos podemos dar". El decía: "Hay que morirse viejos, bien viejos y exprimidos como un limón".
Y desde acá, desde mi segunda patria, desde mi México querido, pienso que así es como murió él, así exprimido como un limón a sus 82 años de edad.
Descanse en paz don Rafa, usted vivirá por siempre en nuestros corazones y nuestros recuerdos. Dios lo tenga en su gloria.