Garabatos de un caminante

Garabatos de un caminante
Apizaco, Tlaxacala, México

sábado, 11 de enero de 2014

LOS NIÑOS: ¿PÁGINAS EN BLANCO QUÉ SOPORTAN TODO?

Carlos Loret de Mola en su noticiero matutino, durante la primera semana de enero sacó al aire el problema de los huérfanos de Ciudad Juárez.
Habló de los niños que han perdido a sus padres como consecuencia de la narcoviolencia que azota esta ciudad fronteriza a orillas del  río Bravo y a un paso del Paso, Texas (USA).
El mismo tema lo tocó el diario "La Jornada", del Distrito Fedral, (México), un l4 de abril del 2011. 
Narcoviolencia
Pequeños de apenas seis años abrigan deseos de venganza, advierten sicólogos
12 mil huérfanos por la inseguridad en Juárez, dice el ombudsman estatal
Foto
Alumnos de escuelas primarias de colonias periféricas de Ciudad Juárez se manifiestan contra la violencia, en imagen de archivoFoto J. Guadalupe Pérez
Afp
Periódico La Jornada
Jueves 14 de abril de 2011, p. 4
Ciudad Juárez, Chih., 13 de abril. A sus seis años, Jorge llena la alcancía con la que espera comprar un cuerno de chivo (fusil AK 47) para matar a los asesinos de su papá, relata la sicóloga que atiende a un puñado de los 12 mil menores huérfanos por la violencia en Ciudad Juárez.
El pequeño es uno de los pocos que reciben atención sicológica para superar el trauma de ver morir a uno de sus padres en esta urbe fronteriza, donde 7 mil personas han sido asesinados por las guerras entre narcotraficantes y los operativos antidroga desde 2007.
Por lo menos 12 mil niños han perdido a uno o a sus dos padres. Ahorita es odio y deseo de venganza contra el que mató a sus papás, pero el día de mañana va a ser odio y deseo de venganza contra el Estado que permitió que los mataran, advierte Gustavo de la Rosa, visitador local de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
De la Rosa calculó esa cifra partiendo de que la mayoría de los 7 mil asesinados tenían entre 17 y 35 años. Las parejas en Ciudad Juárez suelen tener en promedio tres hijos, muchas veces antes de cumplir 20 años de edad.
El funcionario explica que sólo se cuenta con 20 sicólogos para atender a los familiares –adultos y niños– de los muertos, que aumentan a un promedio de medio centenar por semana.
Al término de una reunión de instituciones locales con departamentos de atención a víctimas, admite: “acabamos de contar cuántos sicólogos podríamos reunir entre todos y no llegamos al centenar.
Necesitamos con urgencia sicólogos que hayan tenido experiencia con niños de los Balcanes, de África.
Además de los sicólogos de la fiscalía, una organización de tanatólogos católicos atiende sin pago a menores de ocho años. Jorge es uno de ellos.
Su mamá llegó histérica a contarnos eso que le dijo su hijo de la alcancía y son historias que se repiten, narra Silvia Aguirre, fundadora del Centro Familiar para la Integración y el Crecimiento, que cuenta con seis terapeutas.
Otro niño pidió llenar una alcancía para comprar una bomba y ponerla en el canal de televisión en el que mostraron la cabeza degollada de su papá, agrega.
Los menores reciben terapias lúdicas para salir del aislamiento y los episodios de ira en que caen tras las muertes de sus padres y la estigmatización que enfrentan en sus comunidades por ser “hijos de narcos”.
Aguirre añade: también damos talleres para adolescentes y adultos. Son muchísimos los que necesitan ayuda. Tan sólo en una secundaria que está por aquí, que tiene 300 alumnos, 210 han perdido a uno de sus padres de manera violenta.
Myrna Pastrana, escritora nacida en Juárez, ha recopilado otro centenar de historias de niños pequeños. Pastrana es autora de Cuando las banquetas fueron nuestras, que aborda la traumática situación de esta ciudad, otrora tranquila y ahora desolada desde que comienza a caer la tarde, sobre todo en el centro, donde varios comercios han sido incendiados y abandonados.
No lejos está el puente principal que comunica con la vecina El Paso (Texas).
Un niño de seis años contó que unos hombres llegaron a su casa, lo sacaron junto con sus papás y sus tres hermanos mayores, los formaron, mataron a sus papás, los pusieron en una carreta y el niño vio cómo se los llevaban dejando charcos de sangre, recuerda.
Miles de niños no están recibiendo ayuda. Sin duda se van a convertir en adultos resentidos, probablemente alimentarán el círculo de muerte. ¿Cómo no está ya aquí la Unicef? ¿Por qué Felipe Calderón no ha pedido ayuda internacional ya?, cuestiona Pastrana, con quien coinciden De la Rosa y Aguirre.
El gobierno estatal creó un fondo de 100 millones de pesos para atender víctimas, pero incluso el alcalde de Ciudad Juárez, Héctor Murguía, reconoce que son insuficientes.

Y el mismo tema lo vívivmos en el Perú durante la guerra contra el terrorismo, que dejó un saldo de más de 100 mil huérfanos y más de 15 mil personas desaparecidas.
Y una vez más me pregunto: ¿Qué son los niños? ¿Acaso son páginas en blanco que soportan todo?
Y una vez más, al cabo de 30 años,  no encuentro respuesta, y una vez más vuelvo a refugiarme en mi viejo poema que nació entre cuatro paredes, una débil luz, una cerveza y una solitaria cama:

¿POR QUÉ LLORAN LOS NIÑOS?

.......... Porque papá y mamá
ya no regresan
y estamos solos 
entre las frías sábanas.

..........Porque 
las flores lloran, 
porque ya no están 
en los jarrones, 
ni en los jardínes
ni en el campo santo.

..........Porque las palomas
ya no quieren volar más
porque ya están hartas
del parlanchín de saco y corbata;
porque ya están hartas
del esquizofrénico de kepí.

..........Porque los laureles
como veletas
ya no quieren posar;
están cansados 
de nuestra falsa sociedad.

..........Porque las mascotas
al campo quieren retornar
en busca de su instinto animal.

..........Porque 
los dibujos animados
no nos vuelven animar.
Están tarados
de tanta agresividad.

..........Porque 
el llanto de los niños
se ahoga entre sangre, 
balas, bombas y gas...
                           
                          Lima 1984
 

jueves, 2 de enero de 2014

HISTORIA DEL VINO EN MÉXICO: LA VITIS RUPESTRIS, UVA MEXICANA, SALVÓ AL MUNDO.



HISTORIA DEL  VINO EN MÉXICO

INTRODUCCIÓN

Para hablar sobre la historia del vino en México y cuándo empiezan a desarrollarse las casas productoras de vino en nuestro país, es necesario primero saber qué es el vino, dónde, cuándo y cómo aparece por primera vez en la historia de la humanidad.
Por eso en este trabajo monográfico empezaremos dando su definición, haremos un breve marco histórico de esta bebida espirituosa en la tradición humana, explicaremos como llegó al continente americano, en particular a nuestro país,  y  hablaremos del desarrollo de la industria vitivinícola mexicana: quienes fueron los primeros productores de vino, en que zonas del país están ubicados y la calidad del vino mexicano a nivel internacional.
Esperamos que este trabajo sea de su agrado y cumpla con sus expectativas, así también deseamos que sirva como una guía para posteriores tareas que se refieran a la historia del vino mexicano.
Pero antes de entrar de lleno al tema queremos que disfruten de un poema del poeta argentino Jorge Luis Borges que en sus versos resume la esencia y la presencia del vino en la historia de la humanidad:

En el bronce de Homero resplandece tu nombre,                            
negro vino que alegras el corazón del hombre.                                
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano                           

desde el ritón del griego al cuerno del germano. 
                                                                                              
En la aurora ya estabas. A las generaciones                                 
les diste en el camino tu fuego y tus leones.                                 
Junto a aquel otro río de noches y de días                                 
corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías.   

                                                                                                             
Vino que como un Éufrates patriarcal y profundo              
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.                          

En tu cristal que vive nuestros ojos han visto                                   
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
      

En las arrebatadas estrofas de sufi
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido
Yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.

Sésamo con el cual antiguas noches abro
y en la dura tiniebla, dádiva y candelabro.
Vino del mutuo amor o la roja pelea
alguna vez te llamaré. Qué así sea.

Jorge Luis Borges
(Nació en Buenos Aires Argentina  el 24 de agosto de 1899 y murió en Ginebra, Suiza, el 14 de junio de 1986)
   


                    
¿QUÉ ES EL VINO?

Definir el vino en realidad no es algo tan sencillo, como dice Wolfgang Vogel en su libro: “ELABORACIÓN CASERA DE VINOS”*. Dice que para poder dar una definición exacta sobre el vino primero hay que remontarnos al pasado de la humanidad. Nosotros también pensamos igual, pero como señala Luis Javier García y García en su obra: “Fino LOS BORBONES Sierra de Mantilla”, es necesario saber ¿qué es el vino?
Así que para dar su definición, Luis García, cita al descubridor de la fermentación, el químico francés Luis Pasteur. Pasteur definió al vino como “la más sana e higiénica de las bebidas”. Ésta, agrega, Luis García es una noción cariñosa y romántica del vino. Y comenta que debemos ser más específicos, más objetivos, aunque seamos menos cálidos a la hora delimitar el esplendor del vino.
Por esa razón, Luis García acude a la definición de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) que declara, desde 1932,  que: “El vino es la bebida resultante de  la fermentación alcohólica total o parcial de la uva fresca o del mosto”.
Por tanto, hoy en día, podemos decir junto con el heredero de José María García Márquez, que el vino es “un producto totalmente natural,  procedente de un fruto hermoso (la uva) y convertido en vino por un proceso totalmente natural (la fermentación) **.
_________________________________________________________________
* “Elaboración Casera de Vinos”  de Wolfgang Vogel, traducido por Jaime Esaín Escobar. Editorial ACRIBIA, S.A. Zaragoza, España. Impreso en España. Año 1998.
** “Fino LOS BORBONES Sierra de Montilla”, Herederos de José María García de Márquez, obra de Luis Javier García y García, Córdoba, España, página web: http://www.losborbones.com/ficheros/los_borbones.htm


  

BREVE RESEÑA HISTÓRICA  DEL VINO

Según el enólogo mexicano de ascendencia francesa, Julio Michaud, la historia del vino se remonta a los albores de la humanidad y en esto coincide con Wolfgang Vogel.
Vogel, de una manera más audaz, asume que el néctar de las uvas fue descubierto por el hombre hace 10,000 mil años. Pues se sabe que la primera celebración con vino se realiza en el Arca de Noé después del Diluvio Universal, que según, geólogos como Witman Ryan y Walter Pitman, ocurrió durante la última era Glacial, es decir hace diez mil años.
Michaud comenta que gracias a la invención de la escritura cuneiforme se puede saber ahora, a ciencia cierta,  que el vino fue consumido 5000 años antes de Cristo (a.C.) en Mesopotamia.
En esa era los hombres de los ríos Tigris y Éufrates ya disfrutaban de las delicias espirituosas del vino y la tomaban como una bebida sagrada en honor de sus dioses: An ( dios del cielo) y Nammu (diosa madre),  a quienes atribuían la fertilidad de la tierra y la generosidad de sus cosechas. En el mes de octubre, los  mesopotámicos empezaban su nuevo año con danzas, bailes y cánticos en honor de sus dioses.
Michaud, siguiendo el hilo de la historia escrita,  comenta que en el año 4000 a.C., el vino llega a Egipto y los egipcios le dan un valor religioso y elitista. En Egipto,  de acuerdo a investigadores de la Universidad de Barcelona, el vino era consumido por el Faraón, la clase noble y los sumos sacerdotes. Osiris fue considerado el dios del vino y la fertilidad. (Ver: Artículo: “EL vino y los faraones” http://www.consumer.es/seguridad-alimetaria/ciencia-y-tecnologia/2004/04/13/11792.php  Artículo).
Años más tarde, en siglo VII a.C.,  griegos y egipcios tienen contacto y sostienen un importante intercambio cultural, social y comercial. En esa época los griegos conocen el vino y lo llevan hasta sus tierras, donde lo consumen en honor a Dionisio, el dios de la agricultura y el teatro.
Los griegos tuvieron una gran producción de vinos, en especial eran de gran calidad los vinos de las islas Quíos y Tasos; pero la decadencia del imperio helénico trajo como consecuencia que el imperio Romano tomara el control casi total de la producción de vinos de aquella era.
Los romanos alentados por su emperador, Julio César, sembraron la vid por toda Europa. Conforme iban conquistando, iban creando enormes viñedos para la producción del vino. Así llevaron el vino a Alemania, Francia y España.
A España lo llevan por dos rutas importantes: Por los Pirineos y por las costas del Mediterráneo español. Estas rutas le dan características muy especiales al vino español. Entonces, el vino del norte de Tarraconenses y el vino del sur de Baética se convierten en los mejores vinos del Imperio Romano y en el antecedente de los mejores vinos españoles que hay en la actualidad.
Más con la llegada de los bárbaros germánicos a España muchas plantaciones vitivinícolas fueron destruidas durante el siglo VII, y fueron los monjes españoles en sus monasterios quienes salvaron la industria del vino en la península ibérica. Los monjes decían: “sin vino no hay misa”.
La presencia árabe en España también contribuyó a que la industria vitivinícola en la península se desarrollara mucho más. Pues, pese la prohibición religiosa del Corán en contra del alcohol, muchos califas y emires poseían grandes viñedos y comercializaban con barricas de vino español por toda Europa.
A finales de la Edad Media, con el descubrimiento de América, el vino llega a nuestro continente.
Los Reyes de España, -que patrocinaron a Cristóbal Colón en su búsqueda de  nuevas rutas a las indias-, con el descubrimiento del nuevo mundo vieron la oportunidad de un nuevo mercado para la producción y exportación de los vinos españoles.
En esos días los vinos españoles eran muy cotizados en toda Europa. Tanto así que los piratas atacaban a los españoles no sólo por el oro y la plata de sus colonias en América, sino también para robar los vinos y el jerez español.
Cuentan que el pirata inglés  Francis Drake atacó Cádiz para apoderarse de   3000 botas de jerez. El jerez fue una de las bebidas preferidas por la reina Isabel I de Inglaterra. Ella se lo recomendó al pirata anglo-holandés, Conde Essex, quien  sin titubear atacó Cádiz una vez más para hurtar más vino español.
Ver: “El vino, conocimientos básicos” de Julio Michaud, editorial Everest S.A. Impreso en España.
Páginas Web: http://www.delbuencomer.com.ar/index_archivos/historiadelvino.htm            
Wikipedia temas: España y el vino.

HISTORIA DEL VINO EN MÉXICO

Como vimos en la página anterior, los vinos españoles ya gozaban de un gran prestigio en Europa antes del descubrimiento de América.
Así, luego de la llegada de Cristóbal Colón, los Reyes de España se prepararon para la conquista de América y para esto contaron con la ayuda de dos valientes capitanes, ávidos de fama y fortuna: Hernán Cortés y Francisco Pizarro.
Hernán Cortés decidió conquistar el Norte de América y Francisco Pizarro el sur. En el nombre del Rey de España Carlos V, la Corona Española y en el nombre de Dios, Hernán Cortés llegó a tierras aztecas y Pizarro a territorio inca y fundó el Perú.
Sin más miramientos Cortés conquistó Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521 y creó el Virreinato de la Nueva España. Tres años más tarde, a partir del 20 de marzo de 1524 hace traer la vid europea o “vitis vinífera” a la Nueva España y ordena que cada colono español plantara 1000 pies (un poco más de 300 metros)  de uva europea por cada 100 nativos que tuvieran a su servicio.
Siete años más tarde, el Rey Carlos V fortifica el proyecto del conquistador de México y ordena que todo navío con destino a la Nueva España transporte viñas y olivo para su cultivo.
Hasta que en 1554 comienzan a elaborarse los primeros caldos de uvas para la elaboración del vino en la Nueva España.
Sin embargo, según María Luisa Tavernier, escritora e investigadora mexicana “la primera vez que se fabricó vino en la Nueva España, hoy México, fue en el año de 1594, en la hacienda Santa María de las Parras, en el Estado de Coahuila, gracias al capitán español Francisco de Urdiñola”.
Y parece que así fue, pues según los historiadores el año 1580 un grupo españoles se dirigió al norte del país con la intensión de encontrar nuevas minas de oro. Sin embargo descubrieron entre Zacatecas y Coahuila un valle mucho más valioso que el oro. Hallaron un valle con uvas silvestres, con uvas americanas a las que llamaron “vitis rupestris”, “vitis labrusca” o “vitis barlandieri”.
Cabe señalar que los aztecas conocieron estas uvas silvestres pero no les gustó su sabor, pensaban que era un fruto demasiado ácido y el jugo lo consumían echándole miel. Se desconoce hasta la actualidad si fermentaban el mosto y si elaboraban alguna especial de vino. La pregunta aún está en el aire.
Los aztecas llamaron a la uva silvestre acacholli, los purépechas la conocieron como seruráni, los otomíes como obx y los tarahumaras le llamaron úri.
Estas uvas silvestres fueron muy consumidas por los pueblos nómadas del suroeste de Estados Unidos de Norteamérica en: Tennessee, Kentucky, Illinois, Missouri, Kansas, Nuevo México, Oklahoma, Arkansas, Texas, Luisiana y Mississippi;   y por  los del norte de México ubicados entre: Coahuila, Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí.
La vitis rupestris se caracteriza porque es una vid resistente al insecto llamado filoxera (como lo veremos más adelante), no es una planta trepadora, que no crece en la sombra y se  halla en praderas con abundante agua.
Bueno regresando a la crónica histórica esta uva silvestre americana fue descubierta por ese grupo de españoles quienes fundaron la Misión de Santa María de las Parras.
Luego en 1593 el capitán Francisco de Urdiñola fundó su vinícola Marqués de Aguayo en la Hacienda de Santa María de las Parras y como dice, María Luisa Tavernier, el pacificador español fue el primero en producir vino en México.
Santa María de las parras fue la primera bodega comercial de vinos en la Nueva España (México) y en toda América; pero, después de la muerte de Carlos V, el nuevo Rey Felipe II ordena en el año de 1595, la prohibición de la siembra de nuevos viñedos en los virreinatos americanos y también prohíbe la producción de vino americano, para proteger a los productores de uva y vino español.
El Virrey de la Nueva España, Luis de Velasco y Castilla así como sus sucesores ordenaron que se cumpliera con las ordenanzas de Felipe II y sólo permitió que siguieran existiendo los viñedos que a la fecha ya estaban establecidos; pero les prohibía la producción del mosto para la elaboración del vino.
Sin embargo, los religiosos y misioneros españoles en la Nueva España se negaron a cumplir con el mandato de la corona, porque decían que: “Sin vino, no hay misa”, y el vino es el cuerpo y la sangre de Cristo en el misterio de la transustanciación que ocurre en el momento de la consagración del pan y el vino durante la misa.
Entonces, misioneros franciscanos como el padre Juan Ugarte se asentaron en Baja California, muy lejos de la capital de la Nueva España y comenzaron con la producción de vid y vinos californianos. A este religioso se le atribuye ser el fundador de la industria vitivinícola a de la península de Baja California.
Otro religioso importante, que no podemos dejar de mencionar, es el padre Fray Junípero Serra, quien llevó de Loreto a las Altas Californias la producción de uva y vino, en el año de 1769.
Julio Michaud en su obra “EL Vino, conocimientos básicos, manifiesta que el jesuita Eusebio Francisco Kino, más conocido como el padre Kino es también un pilar en la historia vitivinícola mexicana. Con su trabajo de evangelización llevó el vino hasta el noroeste mexicano y suroeste de los Estados Unidos de Norteamérica, en el siglo XVIII.

EL VINO EN MÉXICO ANTES DE LA INDEPENDENCIA

A finales del siglo XVIII ya se estaban cociendo muchos cambios sociales en el mundo. Las ideas liberales exhortaron, primero,  a los  Estados Unidos de Norteamérica a  liberarse del yugo británico. Hecho que logra en 1783. Y, en segundo lugar, seis años más tarde en 1789, inicia la Revolución Francesa con sus ideales de Justicia, Libertad y Fraternidad.
Los criollos de la Nueva España no estaban  ajenos a estos sucesos y comienzan a cultivarse las primeras ideas de libertad en nuestro país.
Estas ideas fueron acogidas en especial por don Miguel Hidalgo y Costilla, que según María Luisa Tavernier tenía grandes deseos de poseer sus propios viñedos,  pero por la prohibición de la Corona española no podía hacer realidad uno de sus más queridos sueños.
“El ilustre Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la independencia de México, soñó en cultivar la vid, desarrollar la industria vitivinícola y criar el gusano de seda; lastimosamente encontró por parte de la metrópoli española una fuerte oposición”, dice María Luisa Tavernier en su libro “El vino y las letras, la Uva pródiga” publicado por editorial Diana, en México año 1994.
En estos días la producción de vino nacional estaba estancada y no tenía el auge que tuvo en los inicios de la colonia. 

DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
SE CREA UN HÍBRIDO ENTRE LA VITIS VINÍFERA Y LA VITIS RUPESTRIS

Al caer el virreinato de la Nueva España y surgir la República Mexicana en 1810,  la producción de vinos en el país seguía siendo escaza. Sólo se producía en las Californias; y esto empeoró en 1857, cuando el clero pierde todo el poder que tenía durante la colonia y muchos de sus viñedos fueron expropiados y llevados a la quiebra.
Tuvieron que pasar más de 21 años para que la comercialización del vino nacional vuelva a surgir. Así en 1888, Francisco Andonegui y Miguel Ormart fundan en Ensenada, Baja California, la primera comercializadora de vinos llamada: “La Bodega de Santo Tomás”.
Pero, se encontraron que tenían que luchar contra corriente porque desde los gobiernos de Agustín de Iturbide hasta la llegada de Porfirio Díaz al poder proliferó en México la importación de vinos franceses, que no permitían el desarrollo de la industria vitivinícola del país.
En el año de 1895, el general Porfirio Díaz, ordena al viticultor húngaro Concannon que vigile que en cada estado de la República Mexicana exista por lo menos un viñedo para volver a producir vinos tintos, rosados y blancos en nuestro país.
La familia Concannon aprovechó el potencial vitícola del país e introdujo cepas francesas en el valle de California; pero debido a los cambios sociales, que vivía la nación, los Concannon abandonan México el año de 1904.
También en el año de 1900 las cepas importadas fueron atacadas por la filoxera, insecto que mermó la producción de vinos en México. A partir de entonces los viticultores crearon un híbrido entre la uva europea y la uva rupestre americana.
Este híbrido fortaleció a la vid europea, hizo su raíz más fuerte contra el ataque de la filoxera, de manera que la misma planta podía curar sus heridas, y le dio la calidad de la vid europea a la vitis rupestris. Así, dice Julio Michaud que en la actualidad todos los vinos del mundo son producto del hibrido entre la vitis vinifera y la vitis rupestris americana.
Pero siguiendo con la crónica del vino mexicano, en el mismo año que se marchó la familia Concannon, 1904, llegaron a Ensenada un grupo de migrantes rusos molokáns, que lucharon por reactivar la industria vitivinícola del país.

                                      DURANTE LA REVOLUCION MEXICANA 

Sin embargo, los cambios sociales que vivía México, el descontento de los indígenas, de los campesinos y de la clase media en contra de la oligarquía mexicana representada por el dictador Porfirio Díaz llevó al país a una lucha intestina conocida como la Revolución Mexicana.
En 1910 la guerra civil mexicana provocó que el campo nacional fuera abandonado y destruido, Lo que trajo como consecuencia que los viñedos mexicanos también fueran desmantelados y arruinados.
Los campesinos estaban acostumbrados, por tradición, a beber el pulque y los revolucionarios criollos bebían mezcal y tequila, que hacían de manera artesanal. La industria vitivinícola nacional se detuvo totalmente durante la Revolución Mexicana.

A PARTIR DE 1920

Al finalizar la Revolución Mexicana en 1920, inicia otra vez una incipiente industria vitícola en el país, pero por falta de tecnología y conocimientos de la vinicultura se produjo un vino de poca calidad que no podía competir con los vinos de California, Estados Unidos y muchos menos con los vinos de Europa ni con los vinos chilenos, que por entonces estaban formando una historia y una tradición.
El vino mexicano de estos días eran blancos amarillentos, tintos oxidados y les faltaba o sobraba dulzor o acidez.
Sin embargo, aunque Julio Michaud no está de acuerdo con la fecha, porque según él la producción seria de la industria del vino mexicano empieza a partir de 1940, fue a partir de 1928 que la industria mexicana del vino toma cuerpo con la llegada del migrante italiano Angelo Cetto Carli a tierras aztecas.
Angelo Cetto Carli funda en Tijuana, Baja California, las primeras bodegas Cetto. Cabe indicar que su hijo, Luis Agustín, continua hasta ahora la tradición y a partir de los años 60 y 70 impulso la viticultura en los valles de Guadalupe, San Antonio de las Minas y San Vicente.
En 1929, Nazario Ortiz Garza, secretario de Agricultura del presidente Emilio Portes Gil, impulsa la industria vitícola y establece bodegas en el Estado de México, Distrito Federal, Puebla, Coahuila, Aguascalientes, Durango y Chihuahua.
En 1930, con la segunda emigración española y con los que llegaron huyendo de la Guerra Civil de España (1936-1939), los vinos españoles tomaron otra vez el liderato del mercado mexicano y los productores nacionales fabricaron caldos  que aparentaran el sabor de los vinos ibéricos. El vino nacional había perdido identidad y personalidad.
Diez años más tarde en 1940, la industria vitivinícola del país se solidifica. Se mejoran las técnicas para la elaboración del vino mexicano, promocionarlo y darlo a conocer al mundo entero.
En 1943 se funda la Vinícola del Vergel en la comarca lagunera.
En 1948 se crea en México la Asociación Nacional de Vitivinicultores con el fin de darle  una identidad propia al vino mexicano y hacerlo competitivo a nivel mundial.
En 1958, Don Francisco Domenech crea la empresa “Cavas de San Juan”, que produce los vinos “Hidalgo”, en el Estado de Querétaro.
En 1968, Don Eugenio Nicolau funda las “Bodegas Cruz Blanca”, en el Estado de Querétaro”, pero a partir de 1992 se convierte en industrias ZUCO S.A. de C.V. y produce aguardiente de caña, jarabe para hacer aguas frescas, jerez, vinos y vodka
En 1975, Angelo Cetto funda “Bodegas La Cetto” en Baja California. Tiene presencia en más de 25 países del mundo y ha sido galardonado en Inglaterra (1997 y 1999), Francia (1997),  España (1997 y 1998) y en Canadá y Estados Unidos en 1998.
En 1977, el enólogo Hugo D’ Acosta funda la “Casa de Piedra” en  San Antonio de las Minas, Ensenada, Baja California.
En 1980 la Oficina Internacional del Vino (OIV) escoge a México como sede de su Asamblea Anual y su congreso Internacional, durante el gobierno de José López Portillo. El vino mexicano a partir de ahora es reconocido internacionalmente y es competitivo a nivel mundial, como dice Julio Michaud.
En 1981, después del congreso de la OIV en nuestro país, Francisco Javier González funda en su tierra natal, Zacatecas, “Bodegas del Altiplano.
En 1985, el enólogo mexicano de origen francés Fernando Martain, junto con la familia Valentín, fundan las bodegas “Cavas de Valmar”  al norte de Ensenada, Baja California.
En 1987, en Querétaro una familia de catalanes funda “Freixenet México”, en el municipio de Ezequiel Montes. Aquí su especialidad son los vinos rosados y espumosos, sin dejar de producir tintos y blancos.
Este mismo año, en Ensenada, Baja California, Ricardo Hojel, Hans Backhoff y Jaime Navarro fundan “Monte Xanic”. La palabra Xanic fue tomada de los indígenas Cora de Nayarit y significa: “Flor que brota después de la primera lluvia”.
En 1988, en el Valle de Guadalupe, el mexicano de ascendencia rusa David Bibayof, abre la “Casa Bibayof”  y se dedica la venta de uva y a la producción de vinos a baja escala.
En 1994, Ernesto Álvarez Murphy, en Baja California, funda la casa “Chateau Camou”, cuyo objetivo específico es crear vinos de clase mundial.
En 1999, en el mismo estado se funda “Adobe Guadalupe”, convirtiendo así al Estado de Baja California en una de las mejores regiones del mundo para producir vinos de excelente calidad. En particular porque su clima es similar al clima del mediterráneo europeo.

                              LOS VINOS DE MÉXICO EN EL SIGLO XXI

Con la llegada del nuevo siglo, a partir del año 2000, la casa Pedro Domecq, que pertenece al Grupo Pernord Ricard co-líder de la industria mundial de vinos y licores fue la primera vitivinícola mexicana en ser certificada con el sello ISO 9001, en el año 2002.
Cabe señalar que esta casa llegó a México en 1948 y su principal objetivo fue la producción de Brandy, antes que vino. Por eso no la registramos en la cronología de la historia del vino mexicano. Sin embargo ahora también pertenece a la tradición vitícola de nuestro país.
En ese mismo certamen realizado en Bruselas, Bélgica, también fueron premiadas las casas: La Cetto, Madero y Bodegas de Santo Tomás; por su calidad competitiva a nivel mundial.
El vino mexicano entró con el pie derecho al nuevo milenio, sus principales casas fueron galardonadas y reconocida su calidad internacionalmente, sin embargo, la historia del vino nacional no es una historia lineal, sino una historia de caídas y volverse a levantar.
En la actualidad la industria vitícola se está ampliando y está mirando hacia el sur, por ejemplo a partir del 2008 en el complejo agropecuario Santa Génova, ubicado en Campeche, se ha creado el primer viñedo del sureste mexicano impulsado por el gobierno del estado.
También con motivo del Bicentenario de la Independencia de México se organizó el proyecto de Vinos del Bicentenario con la aprobación de la Presidencia de la República, del Consejo Mexicano Vitivinícola y la  participación de 21 bodegas orgullosamente mexicanas entre las que destacan: L. A. Cetto, Casa Pedro Domecq, Monte Xanic, Casa Madero, Adobe Guadalupe, La Redonda, Cavas Freixenet, Tanamá, Roganto, Santo Tomás y Camou, entre otras.
Asimismo, cada año también se festeja en nuestro país el Festival de 100 Vinos mexicanos con el propósito de dar a conocer lo mejor de la producción nacional y los hermosos viñedos que hay en el país. Por ejemplo, en el 2010, se realizó el festival en Querétaro.


CONCLUSIÓN

Para concluir podemos decir que la pujante industria nacional del Vino Mexicano tiene un gran futuro, si los enólogos y los propietarios de los viñedos siguen trabajando con la misma determinación y seguridad con la que empezaron los fundadores de la manufactura del tinto, del blanco, del rosado y de los espumosos vinos mexicanos.
El vino mexicano se ha ganado a pulso un lugar en el mercado internacional y su calidad año con año compite exitosamente en todos los eventos internacionales del mundo como: El Chardonnay du Monde de Francia,  Vienalies Internationales en Paris, Expoviña de Suiza, Intervin International Award de Estados Unidos, Monde Selection de España, Monde Selección de Inglaterra, Challenger International du Vin de Francia, Viñandino de Argentina, Concours Mundial de Bruxelles y Wines of the Americas.
El vino mexicano es un ejemplo de éxito y está avalado por la obtención de más de 400 reconocimientos y premios a nivel internacional en los últimos años, que libres de prejuicios y paradigmas, garantizan su calidad mundial.
__________________________________________________________________

Bibliografía

“ELABORACIÓN CASER DE VINOS”, de Wolfgang Vogel, traducido por Jaime Esaín Escobar, Editorial ALRIBIA S.A., Zaragoza. Impreso en España. 1998
“EL VINO, Conocimientos Básicos, de Julio Michaud, Editorial Everest S. A. Impreso en España.
“LOS VINOS, LOS QUESOS Y EL PAN” de Graciela M. de Flores. Editorial Limusa S.A. de C.V. Hecho en México. Año 2004
“EL VINO Y LAS LETRAS, La uva pródiga” de María Luisa Tavernier, Editorial “DIANA”. Año 1994. Hecho en México.
Páginas web: http://elcatalista.org/2011/02/847
http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/ciencia-y-tecnologia/2004/04/13/11792.php http://vinomex.homestead.com/historiaModerna1945.html
Wikipedia: Vino Mexicano