A
once días de la tragedia aéra del Chapecoense muchos peruanos, en
particular yo, hemos vuelto a revivir la catástrofe del Fokker 27, que
se llevó a todos los "potrillos" del Alianza Lima un 8 de diciembre de
1987.
Por esos días trabajaba en el diario OJO y tuve la oportunidad de cubrir esa fatal noticia con mis compañeros gráficos: Nancy Chappel y el viejo Velásquez. (Autores de las fotos exhibidas que aún guardo conmigo como un valioso tesoro)
Nancy era una jovencita y audaz reportera gráfica egresada de la Universidad de Lima y el viejo Velásquez, un osado reportero gráfico hecho en el ámbito de la noticia.
El viejo Velásquez, el más experiementado de los tres, siempre me dijo que él hubiese querido ingresar a Ventanilla la misma noche del accidente, pero no se pudo.
El lugar de la desdicha había sido cerrado inmediatamente por la Marina de Guerra del Perù, propietaria del avión de fabricación holandesa.
Era época de terrorismo, estábamos en guerra contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y nadie se metía contra las Fuerzas Armadas y esa noche gozando de su privilegio, cientos de marinos cerraron la entrada a Ventanilla.
Los infantes de marina bloquearon el ingreso de policías, civiles y periodistas por tierra, por aire y por mar; mientras buzos y naves de rescate se dedicaban a buscar los restos del fokker 27, de la tripulación y de los pasajeros.
Los rescatistas de la marina rápidamente dividieron la zona en cuadrantes. Sin testigos salvaron al teniente 1ro. AP Edilberto Villar Molina (29), único sobreviviente de este fatal accidente.
Edilberto Villar Molina nunca habló con la prensa peruana, ni extranjera sobre estos hechos. Luego se supo que se fue a Australia y se cree que actualmente vive en Estados Unidos con otra identidad.
El silencio despiadado de Villar Molina y el hermetismo de la Marina de Guerra del Perù provocaron un sin fin de especulaciones y de mitos urbanos que van desde el tráfico de drogas hasta la matanza de los jugadores de la Alianza Lima y de su técnico Marcos Calderon.
Hasta la actualidad muchos creen que el Fokker 27 venía cargado con cocaína y que los rescatistas dejaron morir a los sobrevivientes en el frío mar de Ventanilla, mientras se dedicaban a recuperar las pacas de droga
Otros dicen que el cuepo de Marcos Calderon fue hallado por Huacho con impactos de bala, de fusiles FAL.
En el 2006 la Marina de Guerra del Perù se limitó a dar un informe donde culpaba totalmente a Edilberto Villar, lo culpaban por su inexperiencia, por su falta de pericia y por no tener horas de vuelo nocturnos.
Hoy a 29 años de esa horrible tragedia que enlutó el fútbol peruano
la verdad de los hechos se siguen manteniendo en secreto.
Por esos días trabajaba en el diario OJO y tuve la oportunidad de cubrir esa fatal noticia con mis compañeros gráficos: Nancy Chappel y el viejo Velásquez. (Autores de las fotos exhibidas que aún guardo conmigo como un valioso tesoro)
Nancy era una jovencita y audaz reportera gráfica egresada de la Universidad de Lima y el viejo Velásquez, un osado reportero gráfico hecho en el ámbito de la noticia.
El viejo Velásquez, el más experiementado de los tres, siempre me dijo que él hubiese querido ingresar a Ventanilla la misma noche del accidente, pero no se pudo.
El lugar de la desdicha había sido cerrado inmediatamente por la Marina de Guerra del Perù, propietaria del avión de fabricación holandesa.
Era época de terrorismo, estábamos en guerra contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y nadie se metía contra las Fuerzas Armadas y esa noche gozando de su privilegio, cientos de marinos cerraron la entrada a Ventanilla.
Los infantes de marina bloquearon el ingreso de policías, civiles y periodistas por tierra, por aire y por mar; mientras buzos y naves de rescate se dedicaban a buscar los restos del fokker 27, de la tripulación y de los pasajeros.
Los rescatistas de la marina rápidamente dividieron la zona en cuadrantes. Sin testigos salvaron al teniente 1ro. AP Edilberto Villar Molina (29), único sobreviviente de este fatal accidente.
Edilberto Villar Molina nunca habló con la prensa peruana, ni extranjera sobre estos hechos. Luego se supo que se fue a Australia y se cree que actualmente vive en Estados Unidos con otra identidad.
El silencio despiadado de Villar Molina y el hermetismo de la Marina de Guerra del Perù provocaron un sin fin de especulaciones y de mitos urbanos que van desde el tráfico de drogas hasta la matanza de los jugadores de la Alianza Lima y de su técnico Marcos Calderon.
Hasta la actualidad muchos creen que el Fokker 27 venía cargado con cocaína y que los rescatistas dejaron morir a los sobrevivientes en el frío mar de Ventanilla, mientras se dedicaban a recuperar las pacas de droga
Otros dicen que el cuepo de Marcos Calderon fue hallado por Huacho con impactos de bala, de fusiles FAL.
En el 2006 la Marina de Guerra del Perù se limitó a dar un informe donde culpaba totalmente a Edilberto Villar, lo culpaban por su inexperiencia, por su falta de pericia y por no tener horas de vuelo nocturnos.
Hoy a 29 años de esa horrible tragedia que enlutó el fútbol peruano
la verdad de los hechos se siguen manteniendo en secreto.