Este blog está hecho para todo el que quiera compartir sus pensamientos, su sentir, su poesía.
Garabatos de un caminante
martes, 20 de febrero de 2018
EL COMPLEJO DE LOS CHILENOS
El complejo de los chilenos se debe a su triste historia, que no tiene un legado cultural tan vasto y rico como el de nuestra patria peruana.
Hay que recordar que era una pequeña franja de grupos indígenas que nunca trascendieron culturalmente. Y durante la colonia solo llegó a ser una triste y olvidada capitanía, que pertenecía al Virreynato del Perú.
Chile crece y se desarrolla gracias a su <amistad> con Inglaterra, que vio en este pequeño país un medio para sus mesquinos propósitos: quedarse con el cobre boliviano, con las islas guaneras, con las provincia vitivinícola de Tarapaca y tener un país satelite en América del Sur.
País satelite que con el paso del tiempo le sirvió como aliado para ganar la Guerra de las Malvinas a principios de los años 80.
Chile hizo lo mismo que Estados Unidos hizo con México: Robar tierras. Estados Unidos le robó a México la mitad de su territorio. Le arrebató: Texas, California, Arizona, Nuevo México, etc.
Por eso Chile no es más que una burda caricatura de una nación sin tradiciones. Una nación que lo que no puede con la razón, lo toma por la fuerza. Por la fuerza que le proporciona Inglaterra.
Por esto mismo la escritora Isabel Allende, nacida en Lima, Perù un 2 de agosto de 1942, y con doble nacionalidad: chilena y norteamericana, afirma:
"EL CHILENO TIENE UN COMPLEJO DESDE HACE MUCHO TIEMPO, RACIALMENTE QUIERE SER ARGENTINO Y CULTURALMENTE PERUANO".
lunes, 19 de febrero de 2018
MEXICO SIGUE TEMBLANDO
México sigue temblando.
La gente está muy ciscada, como dicen los charros, y este viernes 16 de febrero un temblor de 7.2 grados en la escala de Richter nos recordó el terremoto del pasado 19 de septiembre del 2017.
Más que daños materiales, este nuevo temblor, provocó mucho nerviosísmo, mucha angustia, mucho daño psicológico.
Daño psicológico que se incrementa con el corte de las comunicaciones, del sistema eléctrico, del servicio del metro; con el grito de la gente, con la bulla de las sirenas de ambulancias, patrullas, carros de bomberos y con el ruido de los helicópteros que se sobrevuelan la ciudad en busca de novedades, evaluar daños, dar asistencia social, en busca de una primicia, etc, etc.. Una locura.
Y mientras regresan las comunicaciones y el sistema eléctrico, uno está con la incertidumbre de saber como están nuestros familiares que viven en el centro de la ciudad de México.
Gracias a Dios el tiempo sigue su marcha y poco a poco todo vuelve a la normalidad. Pero todos con el mismo miedo de que vuelva a temblar.
El miedo. El miedo es brutal, es terrible. Todos estamos esperando que vuelva a temblar, que se produzca una replica u otro temblor más fuerte que nos vuelva a hacer llorar.
Mas Dios es grande, en medio de ese temor inhumano, suena el teléfono. Uno rápido corre a contestar y es el familiar que uno está esperando.
En mi caso particular es mi hija que vive en la colonia Obrera, en el mero centro de la ciudad de México y nos dice lo que uno quiere escuchar: Todos están bien. Una vez más, gracias a Dios, todo fue un susto. Un enorme susto, que disminuye y se va disipando con la voz del ser amado.
En esta circunstancias la voz del ser amado es un bálsamo que alivia el alma, que nos da calma, que nos llena de alegría y nos devuelve la Fe y la Esperanza.
La gente está muy ciscada, como dicen los charros, y este viernes 16 de febrero un temblor de 7.2 grados en la escala de Richter nos recordó el terremoto del pasado 19 de septiembre del 2017.
Más que daños materiales, este nuevo temblor, provocó mucho nerviosísmo, mucha angustia, mucho daño psicológico.
Daño psicológico que se incrementa con el corte de las comunicaciones, del sistema eléctrico, del servicio del metro; con el grito de la gente, con la bulla de las sirenas de ambulancias, patrullas, carros de bomberos y con el ruido de los helicópteros que se sobrevuelan la ciudad en busca de novedades, evaluar daños, dar asistencia social, en busca de una primicia, etc, etc.. Una locura.
Y mientras regresan las comunicaciones y el sistema eléctrico, uno está con la incertidumbre de saber como están nuestros familiares que viven en el centro de la ciudad de México.
Gracias a Dios el tiempo sigue su marcha y poco a poco todo vuelve a la normalidad. Pero todos con el mismo miedo de que vuelva a temblar.
El miedo. El miedo es brutal, es terrible. Todos estamos esperando que vuelva a temblar, que se produzca una replica u otro temblor más fuerte que nos vuelva a hacer llorar.
Mas Dios es grande, en medio de ese temor inhumano, suena el teléfono. Uno rápido corre a contestar y es el familiar que uno está esperando.
En mi caso particular es mi hija que vive en la colonia Obrera, en el mero centro de la ciudad de México y nos dice lo que uno quiere escuchar: Todos están bien. Una vez más, gracias a Dios, todo fue un susto. Un enorme susto, que disminuye y se va disipando con la voz del ser amado.
En esta circunstancias la voz del ser amado es un bálsamo que alivia el alma, que nos da calma, que nos llena de alegría y nos devuelve la Fe y la Esperanza.
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