Al ver a los bomberos y al enjambre recordé mis años de estudiante en la Universidad de Piura, cuando el Dr. Antonio Mabres me estaba iniciando en el ABC de la apicultura.
Recordaba aquella mañana cerca del río Piura, en una lomita donde crecía un hermoso ciruelo había un enorme panal de abejas silvestres. El doctor Mabres quería cortar el panal con todo y tronco para meterlo en una caja y llevarlo a un campo apicultor donde producían miel pura.
Así que comencé a humear a las abejas con todas las fuerzas que tenía. Recogí estiercol seco de vaca, lo quemé y con humeador ataqué a las abejas para atontarlas.
Pero algo salió mal, la máscara y los guantes no fueron sufciente. Las abejas buscaron nuestros puntos vulnerables y comenzaron a picarnos en piernas y tobillos. Cuanto más humo les hechaba, más nos picaban...No aguanté más tiré el humeador y con el doctor Mabres salimos corriendo hacia el río. Un grupo de recolectores de algorrobo me vio correr gritando: ¡A un lado..abejas!...¡Abejas!...¡Abejas!... Dejanron todo lo que estaban haciendo y se lanzaron de palomita al río....Entonces el Dr. Mabres, de origen catalán, desconcertado se paró en seco y subitamente me dijo: -Pero..¿por qué esos hombres se lanzan al río?-. Le conteste por las abejas.
Y agregó:- Pero si las pobres sólo te persiguen 50 metros...Comenté: -Yo no lo sbía y creo que ellos mucho menos-. Y comenzamos a reir a carcajadas,,,,Los recolectores nos vieron y dijeron en voz alta:---¡Che, gua...Estos si que están relocos..gua!...
Pero ahora veamos que pasó aquí
Primer acto: Llegan los bomberos.
Los bomberos siguen lanzando agua contra las abejas.
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