
El juez llegaba en una patrulla de la Guardia Civil por la parte posterior del Palacio de Justicia de Lima, donde había que "cazarlo" para que nos diera información sobre el tema.
Era y creo que sigue siendo un hombre recto que le tocó juzgar uno de los casos más sonados de 1985 que involucró a gente como el ministro del Interior Percovich Roca, a los generales de la PIP José Jorge, Jorge Ipinze y Ballesteros.
El ministro del Interior salió librado del caso diciendo que no conocía las actividades ilícitas de su compadre espiritual, pero los policías mencionados acabaron en la cárcel.
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