Por : Carlos Cabrejos Bocanegra
En Taquile me quedé dos noches y un día y como dice el Manolón en su blog: Mochileros. org; Taquile no sólo nos recibe, sino también nos mira y nos abraza con su palpable paz abrigadora.
La primera noche cayó un tormentón. El cielo rugía con toda su fuerza. Truenos y rayos hacían retumbar la isla, pero ni una gota de lluvia cayó sobre mi cama de piedra cubierta de pieles de oveja, en medio de un oscuro cuarto de adobe y piedra.
Así pensando, imaginando un montón de cosas, sintiendo la lluvia y la tormenta me quedé dormido y tuve un sueño, más que un sueño una pesadilla. Veía como el lago crecía, como las olas se iban haciendo, cada vez , más grandes y más grandes hasta devorarse de un bocado a la isla. Desperté lleno de miedo y al ver por la pequeña ventanilla del cuarto hacia afuera, la tormenta había pasado y todo era silencio y tranquilidad como en un camposanto. Salí a caminar y la paz de Taquile me hizo olvidar aquella pesadilla.
La segunda noche no llovió; pero tuve otro sueño, ésta vez soñé que las flores lloraban y al preguntarles:
¿Por qué lloran?. Ellas respondieron en verso:
La primera noche cayó un tormentón. El cielo rugía con toda su fuerza. Truenos y rayos hacían retumbar la isla, pero ni una gota de lluvia cayó sobre mi cama de piedra cubierta de pieles de oveja, en medio de un oscuro cuarto de adobe y piedra.
Así pensando, imaginando un montón de cosas, sintiendo la lluvia y la tormenta me quedé dormido y tuve un sueño, más que un sueño una pesadilla. Veía como el lago crecía, como las olas se iban haciendo, cada vez , más grandes y más grandes hasta devorarse de un bocado a la isla. Desperté lleno de miedo y al ver por la pequeña ventanilla del cuarto hacia afuera, la tormenta había pasado y todo era silencio y tranquilidad como en un camposanto. Salí a caminar y la paz de Taquile me hizo olvidar aquella pesadilla.
La segunda noche no llovió; pero tuve otro sueño, ésta vez soñé que las flores lloraban y al preguntarles:
¿Por qué lloran?. Ellas respondieron en verso:
" Lloramos porque
las flores ya no crecemos en el campo
nos están matando
en jardínes,
en jarrones,
en el campo santo.
Lloramos porque los niños
ya no juegan libres
en las calles,
en parques,
playas y campos
los están acabando
con juegos
que nunca jugaron sus abuelos,
sus padres.
Lloramos porque el hombre
se está quedando solo
sin sus flores,
sin sus campos,
sin su inmenso mar."
las flores ya no crecemos en el campo
nos están matando
en jardínes,
en jarrones,
en el campo santo.
Lloramos porque los niños
ya no juegan libres
en las calles,
en parques,
playas y campos
los están acabando
con juegos
que nunca jugaron sus abuelos,
sus padres.
Lloramos porque el hombre
se está quedando solo
sin sus flores,
sin sus campos,
sin su inmenso mar."
Al despertar Taquile me volvió a abrazar, me volvió a abrigar con su paz, con su serenidad.
Primo, que alegría ver tu blog. Tu poesía me gusta. Prometo leerlo un rato cada día.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte a la distancia. Muchos cariños a tu familia, por favor envíame fotos de mis sobrinos.
Martín cabrejos
Gracias, Martincito.
ResponderEliminarTú sabes bien que cada verso que escribo es parte de mi esencia. Mis hijas, tus sobrinas, me animaron a subirlo a la red y me da mucha emoción que mi poesía te siga gustando.
Saluda a mis tíos, a mis primas y muchos abrazos para tu esposa e hijos.
La fotos de tus sobrinas te las envío a tu mail.
Un abrazo.
Tu primo Calin.