Sr. Pedro Castillo Terrones, después de ver un video en YouTube sobre su vida y su triste infancia, llena de necesidades, sumida en la pobreza y carente de toda riqueza, quiero que conozca la vida de mis abuelos maternos, sus paisanos de Chota, Cajamarca.
Mi abuelo, Grimaldo Bocanegra nació un 7 de marzo del año 1900 en Tacabamba, mi abuela, Rosa Medina, nació un 30 de agosto de 1910 en Conchán, distrito de Cajamarca.
Espero que infiera que por las fechas de sus nacimientos y por la zona donde nacieron, mis abuelos apenas pudieron aprender a leer y escribir.
Sin embargo, las carencias que sufrieron no fueron impedimento para que a base de trabajo y esfuerzo se convirtieran en prósperos comerciantes.
Mi abuelo Grimaldo se daba el lujo, en aquellos años, de ir a Chiclayo, comprar arroz, azúcar, pescado seco y llevarlos en avión hasta RodrÃguez de Mendoza, en Chachapoyas.
Y de RodrÃguez de Mendoza regresaba a Chiclayo, otras vez en avión, cargado de quintales de café que vendÃa a los comerciantes de la Capital de la Amistad.
Durante años trabajó asà llevando productos costeños a la selva y de la selva a Chiclayo hasta que el precio del café cayó por los suelos y quebró.
Sin embargo, mi abuelo y mi abuela no se quedaron con los brazos cruzados llorando su pérdida, ni culpando a los ricos, ni al Estado; al contrario con el dinero que les quedaba compraron una casa en Chiclayo, en la calle 8 de Octubre y pusieron una tienda bien surtida que duró hasta el año 1969, año en que fallece la mamá de mi madre y los herederos decidieron vender la casa y llevarse a vivir a mi abuelo a Lima. (La casa tenÃa 16 habitaciones y el nuevo dueño la convirtió en un pequeño hotel)
Mi tÃo Ulises Bocanegra Medina, se hizo cargo de su padre, quien estaba acostumbrado a vestir de terno de 4 piezas, saco, pantalón, chaleco y sombrero.
Y aprovecho este instante para comentarle, que mi tÃo Ulises también nacido en Tacabamba, siguió los pasos de mi abuelo y en Lima se convirtió en un rico comerciante.
Mi tÃo dejó la casa de su padre a los 14 años, se escapó a Lima, donde con sólo saber leer y escribir empezó a trabajar en un grifo, luego en una tienda de telas, administró ZapaterÃas Lima ubicadas entre las esquinas de Azángaro y el jirón Huallaga frente al Mercado Central de la capital.
Luego tubo sus propias zapaterÃas hasta que el terrorismo sacudió el paÃs y se fue a trabajar a Estados Unidos.
Cuando conocà Lima, a mis 11 años, visité a mi abuelo y a mi tÃo Ulises ambos caminaban de terno, hecho de telas Barrington, por las calles de la capital.
De alguna u otra manera he seguido sus pasos y me vine a México con 80 dólares, la compañÃa de un gran amigo que hoy vive en Canadá y empecé mi vida en la capital azteca con dos dólares. Un dólar para publicar mis poemas y un dólar para comer. No me hecho millonario, pero le he dado carrera a mis tres hijas y a mi hijo, que es tan velludo como su bisabuelo, Grimaldo Bocanegra.
Asà que deduzca la moraleja y permita que nuestra Patria brille bajo un poncho de prosperidad y un sol de Libertad.
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