Garabatos de un caminante

Garabatos de un caminante
Apizaco, Tlaxacala, México

sábado, 1 de enero de 2011

Chola Corona

Típica monsefuana orgullo de Chiclayo y del Perú
Foto: Jesús Custodio López

Por: Carlos Cabrejos Bocanegra

Chola Corona
alma de bronce,
trenzas negras,
ojos negros
mirar sereno.

Chola Corona
Chola de blusas blancas,
faldas negras y
pollera bordadas
con hilos de colores.

Chola Corona.
Chola de pies descalzos,
callosos, cortados
por la fricción
de los siglos.

Chola Corona.
Vivo retrato
de las abuelas monsefuanas,
autóctonas peruanas
de quienes heredaste
el arte sagrado
de elaborar la chicha jora.

La chicha.
Bebida sagrada del dios Naylamp,
de los dioses Mochicas,
del señor de Sipán
y
del gran hijo del sol:
el taita Inca.

Chola Corona.
Vieja herencia,
palpitante atavismo
en tus curtidas manos
posees la ciencia,
la alquimia culinaria
de la sazón milenaria
preparada en cocina
de barro, leña y carbón.

Chola Corona.
Amat alabó tus
causas y piqueos...
Y
en tu picantería
chiclayana,
ubicada en la cuadra cinco de Cabrera,
cholos, negros y criollos
al unísono gritaban:
¡Este cabrito está pa' chuparse los dedos!.

Chola Corona.
Reina del redoble,
la banda y la tarola
al suelo de tierra
le sacas chispas
bailando la marinera
y
a la pachamama,
con tus arrugadas manos,
de sus entrañas
le arrancas el maíz
para hacer la chicha jora.

Chola Corona
mujer noble,
vieja linda,
vecina de mi madre,
amiga de mi abuela,
magia viva
eres
señora y veladora
del arte milenario
de hacer
la chicha jora.








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